El COVID-19, denominado hasta el pasado 10 de Febrero CORONAVIRUS, son una familia de virus que comprende virus ARN de cadena única con cubierta viral. Estos virus pertenecientes a esta familia son causantes de neumonías, enfermedades respiratorias como resfriado común, bronquitis y síndrome respiratorios agudos como el SARS-CoV o el MERS-CoV.
Los Coronavirus son virus envueltos por una capa lipídica que los hace especialmente sensibles a los desinfectantes de uso habitual por lo que debería utilizarse productos a nivel virucida (agua ionizada) y que cumplen con la Norma UNE 14476.
Se transmite principalmente como los demás coronavirus similares el MERS y el SARS mediante los aerosoles producidos por personas infectadas cuando tosen o estornudan (una vía similar a la de otros virus causantes de enfermedades respiratorias).
También es posible la transmisión vía contacto con superficies contaminadas. En estos casos, el contagio puede producirse cuando la persona toca la superficie contaminada y luego se toca la nariz, boca e incluso más improbable pero posible, a través de los ojos.
Las investigaciones siguen su curso en estos momentos hay centenares de personas trabajando en dichas investigaciones por lo que todavía pueden aparecer nuevas vías de contagio.
No serán fáciles las investigaciones ya que, estos últimos días se han encontrado personas dadas de alta del COVID-19 y que han vuelto a recaer. Otras de las que la carga letal del periodo silencioso de incubación de 14 días ya se ha comprobado que otros afectados, el periodo silencioso ha llegado a ser de 24 días y hasta de 29 días.
No todos los afectados han sido por contacto con personas infectadas, análisis médicos determinan que el 80% de la gente ingresada en la UCI presentan mutación del coronavirus.
El Coronavirus reacciona y supervive más o menos tiempo dependiendo, entre otros apartados, del tipo de superficie y de la temperatura, exposición al sol, etc.
Los Coronavirus no son capaces de desplazarse (no vuelan), necesitan un mecanismo de transmisión “un transporte” que le ayude en su traslado para acceder a nuestro organismo. Estos mecanismos requieren de un medio húmedo como las gotículas de Flügge (emitidas al hablar, toser o estornudar) que pueden terminar en un soporte como nuestras manos, el cabello o una superficie inanimada, desde donde puede continuar expandiendo la infección.
Brote en WUHAN
Fue a finales de diciembre del 2019 cuando la OMS recibió varias alertas por causas de neumonía en la ciudad de WUHAN. El virus causante del brote no se correspondía con ninguno de los virus conocidos hasta el momento. Cuando finalmente fue identificado, se le dio el nombre temporal de 2019-Novel Coronavirus (2019-nCoV). Actualmente ya ha sido bautizado como el COVID-19, como una identificación neutra que no se puede asociar a zonas geográficas o animales.
Las autoridades chinas sitúan el inicio del brote en el mercado de animales salvajes destinados al consumo humano, lo que en principio hizo pensar en un contagio de animales a personas. En posterior contagio de personas que no habían tenido ningún contacto con el mercado de animales, añadió el contacto entre personas como segunda fuente de contagio.
Se está analizando también si el problema podría ser “artificial” y “no fortuito”.
ITEL ha colaborado desde el inicio del brote en Wuhan en la elaboración de protocolos para la limpieza e higienización principalmente de hospitales y ambulancias en China y más recientemente en corea del Sur, en ambos países está remitiendo el brote.